EFÍMERO
Perpetuas preguntas abruman mis silencios mientras el reloj esperaba mi
despertar colgado en la pared al igual que mis recuerdos, encogido y oculto de la
dulzura de pequeños sueños que conmovían mi presencia cuando lloraba mi
tristeza ante la sinceridad de un juicio lleno de sombras que borró la ternura
de unos ojos que reflejaban un cercano porvenir con la compañía de una
majestuosa alegría. Todo es posible cuando la imaginación permanece a tu lado,
haciendo ruidos guturales para que te mantengas conectado.
La duda es el eco de la desgracia que a través de versos despierta al más incrédulo
de los pensamientos por medio de ilusiones imprecisas que llenan los corazones
de grandes confusiones al pasar por océanos de desdicha. En la víspera de un
nuevo día afloran los secretos entre lágrimas dulces que detenían las agujas
del viejo reloj que se resiste a continuar con el giro fecundo de los estados cíclicos
de una vida monótona, y sin sentido. La tierra gira y con ella, gira la
historia de una humanidad que recicla.
Hoy la voluntad se ha vuelto la mejor de las excusas para escapar con
elegancia de las ideas que encierran caprichos bajo el manto mágico de una
promesa que nunca terminará de materializarse. Por olvido o por desidia, no lo
sé. El hombre sigue entregado a vivir en una mentira disfrazada de una aventura
irreal, donde la agitación cotidiana llena de impaciencia a los atolondrados
que viven atados y enamorados de los cuentos que desde pequeños les declamaron
a voluntad.
Evocar la serenidad del pasado no borrará los rencores del presente ni
evitará las desgracias del futuro, girar las líneas del destino ya es un gran
problema para quienes se han acostumbrado a vivir suspendidos en el abismo de
la insolencia y la incertidumbre. Conciliar la realidad con la armonía demanda
complicidades y convicciones que rompan con la soberbia y el engaño de quienes
hoy quieren dirigir los pasos de una humanidad indecisa.
El sentido extraño de una escena cargada de ruego revela la revancha de un
odio ajeno, es inútil sembrar semillas en un corazón que está hueco sin nada
que lo sostenga a lo terrenal ¿y ahora que hago? Se pregunta el espíritu desde
su soledad. Las emociones son accesorios de la vida que fácil vienen, que fácil
se van pero nos ayudan a respirar, a tomar aliento cada vez que observamos a la
vida del hombre en su penosa realidad.
Seguir por la vereda de la monotonía no es una sorpresa para la memoria. Mover
los rincones del pensamiento corta los lazos invisibles del fracaso. Voluble es
la caricia de la palabra que actúa como veredicto del viento para iniciar una
disputa entre la certeza y el quizás, para iniciar así el camino de las
torpezas. Cómodo es dormir mientras otros luchan y se enfrentan para rechazar
la avalancha de razones que nos empujan a la destrucción de lo construido.
La paciencia está ansiosa por brillar en un mundo de incrédulos y vencidos.
La carencia de placeres le ha robado al soñador su mundo infinito donde todo
era posible. Ahora la gran mayoría viven amarrados y dormidos a lo conocido y
lo seguro, junto a un aparatito que se ha incrustado hasta lo más profundo de
sus espíritus pues nadie hace nada si no recibe un mensajito.
Que predecible se ha vuelto el hombre. La imagen de lo perfecto lleno de
defectos le queda muy bien a este nuevo mundo, desnudo ante un estilo virtual
cargado de hipótesis, bloqueado ante los fracasos que todos ven como victorias difíciles
de conquistar, condenado a la prisión de la desesperanza. La solidez de los
bosques un día despertará para verse rodeados de un gran desierto. Ya el hombre
no pinta los colores del pasado ni escribe las historias o cuentos encantados. La
imaginación se ha suprimido para dar lugar a logaritmos que nada dicen. El mundo
2.0 ha tomado el riel de las vidas dirigiendo una nueva obra donde el principal
protagonista en un aparatito que ha robado más vidas humanas que las guerras
mas devastadoras de la historia de la humanidad.
Y pensaba el tiempo en todos sus ancestros, si es que algún día de verdad
existieron, donde inventar, descubrir y crear eran sinónimos de una época dorada
que rompía con la rigidez de lo absoluto, arrancando las cortinas de la
ignorancia para elevar al hombre a otro nivel de conocimiento hasta provocar el
colapso de las teorías productos de los excesos. Vale la ocasión para conjurar
los sacramentos del sabio salomón pues el tipo no estaba tan equivocado en
cuanto a su convicción con respecto al destino de la humanidad, no podemos
acusarlo de poseer un claro pero penoso acento revelador, los tiempos no
cambian, van y vienen, giran como las agujas del reloj, donde transcurre el
todo en un pequeño circulo repitiendo cíclicamente los ocios que acompañan al
hombre desde el momento de su creación.
Ahora todos tenemos un gran desafío pero pensar en ello ya da fastidio,
pues la perdida del buen humor ha dormido el crepúsculo de los genios,
perdiendo por inercia el destello de grandes descubrimientos o inimaginables
creaciones, los diamantes del saber están en estado bruto en una de las mejores
épocas de la humanidad, todos piensan que ya no queda nada por crear y han olvidado que todas las etapas son efímeras y nada permanece para siempre. Han olvidado
que mientras se tenga el poder del pensamiento estaremos en el infinito de lo
posible y no en ese abismo permanente y estático que todos creen. No estamos en el final, solo
estamos estancados, estamos dormidos dentro de un sueño efímero por vivir en lo real.
Desconfío de las victorias tempranas cuyas columnas caen al primer atisbo
de duda, no se puede devorar aquello que no se puede comprobar, por eso hoy
estamos tan perdidos. Puedes creer y dejar de creer si así lo prefieres y
recibir con ello un estimulo que lleve a la mente a un descanso y eludir con
serenidad lo sufrido por no haber comprendido que las teorías solo son hipótesis
nada concluyentes y propensas a cambios y transformaciones. Y tendrá el hombre
que comenzar de nuevo, desechando toda duda que genere sufrimiento, partiendo
del no saber para llegar a donde la mente le permita ver. Lo absoluto solo está
en las mentes que nada tienen que perder. Lo relativo solo es conveniencia para
quienes quieren o desean escapar de lo cotidiano y pensar en un millar de
posibilidades dentro de un espectáculo de momias hostiles que implementan sus
propias ideologías cuando el silencio se apodera de las voces que no aceptan la
rigidez de sus convicciones.
Y hemos olvidado el olor a tierra mojada, a la hierba recién cortada, al
fruto naciente, a una comida hecha en casa, al café recién colado, o al pan recién
horneado, hemos olvidado el olor de los colores, el sonido del lápiz sobre el
papel, el olor del oleo sobre el lienzo, el sonido de las cuerdas de una
guitarra, el perfume de las flores, el sentir de un buen libro, hemos olvidado
la ternura de un abrazo y el sabor de un buen beso porque ahora todo lo vemos
en emoticones y en imágenes virtuales inodoras, incoloras, impenetrables, pues
el hombre de hoy duerme, duerme un sueño profundo y efímero que los
aleja cada vez más de sus pares iguales. Si creían que no era posible, solo
observen a quienes tienen a su lado y notarán el sueño de un atolondrado. Mientras
que poco a poco la tierra muere porque sus habitantes ya la han abandonado.
Fin
Por Eleorana 2019
Derechos reservados.
Me encanto este blog lo que dices es la pura verdad el hombre moderno vive su día a día y dependiente de un aparatico para comunicarse interactuar y hacerlo todo mediante el y ha olvidado absolutamente todo lo esencial de la vida por perder el tiempo en un celular saludos y te felicito por este hermoso blog
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